Síndrome del “yo-yo”, mal del futbolista acapulqueño: Mauricio Ramos.

 

Por: Héctor Briseño y Miguel Jiménez.

 

HB Deportes

 

Acapulco, Gro., (23/jun/2019). Para el ex futbolista profesional acapulqueño, Mauricio Ramos, jugador del legendario conjunto Guerreros de Acapulco, con el que ganó el ascenso a la Segunda División A, en la temporada 89-90, el principal obstáculo para que el futbolista acapulqueño triunfe en el balompié profesional es el síndrome del “yo-yo”.

 

Ascenso histórico.

Casi tres décadas después de que Guerreros de Acapulco logró el único triunfo en la historia del futbol profesional del puerto, en la extinta Segunda división B, al lograr el ascenso a la Segunda división A, luego de una extenuante segunda ronda de finales, el jugador originario de Puerto Marqués, Mauricio Ramos, recalcó que para triunfar y destacar en cualquier actividad, se debe vivir y trabajar como un profesional.

Guerreros de Acapulco logró el ascenso a la Segunda División en la temporada 89-90, al derrotar en el último partido de la fase final a Alteños de Tepatitlán 2-0, en la Unidad Deportiva Acapulco, la tarde del 26 de mayo de 1990.

 

Demostrar futbol.

Entrevistado en días pasados, Mauricio Ramos advirtió que “creen que es fácil legar, pero no, hay que llegar y demostrar que tu futbol vale. Yo les digo a mis hijos, si quieren que la gente pague por verlos jugar, traten de dar el esfuerzo en todos los partidos”.

El ex Guerrero de Acapulco subrayó que “muchos jugadores tienen el síndrome del yo-yo, yo esto, yo aquello, pero no es así, se trata de ir y demostrar en donde están los buenos, los profesionales, no en una cancha amateur, sino donde están los futbolistas profesionales”.

—¿Qué es lo que más recuerdas de la tarde que consiguieron ascender? –Se le pregunta a Mauricio Ramos, quien también participa en el cuerpo técnico del equipo Marqués (Dumar), en la Liga Premier Acapulco.

—Las tribunas repletas de aficionados, desde el momento que salimos a jugar, los dos goles de Martín Cisneros. Había química entre la afición y jugador, nos apoyaban pero también nos exigían, y nosotros les dábamos resultados.

 

Grandes personas.

—¿Qué jugadores recuerdas?

—A Roger Castro, Víctor Mendoza, Rafael López, Jaime Hernández, Orlando el pirata de la O, el mejor jugador que habido en Acapulco; Salvador Saldaña, “Cuarra” Palma, eran buenos futbolistas pero también grandes personas, y eso nos llevó al éxito, nosotros éramos los más chicos y eso nos sirvió mucho.

 

Alegría y disciplina.

—¿Qué le hace falta al jugador acapulqueño?

—Hay muchos jugadores indisciplinados, tal vez no les gusta entrenar, y por eso no prueban fortuna fuera de Acapulco. –Señaló sin dudar Mauricio Ramos, quien enfatizó que “hay que cuidar la alimentación. Yo les digo a los del Marqués que yo tomaba vitaminas, cuidaba mi cuerpo, tenía un médico que me revisaba todo. En una ocasión llegué pesando 500 gramos de más y tuve problemas con mis técnicos, me controlaban todo. Es lo que no ve la gente de ahora.

—Hay que tener disciplina para llegar al futbol profesional. –Se le comenta.

—Ser profesional encierra muchas cosas, no puedes andar en patineta, en moto, no puedes pasear a altas horas de la noche, muchos ahí truenan, voy a hacer tonto al entrenador, dicen, lo que no ven es que se están afectando a ellos mismos.

—Tú te cuidabas.

—El jugador que nos puso ejemplo fue Jordán Galarza, siempre fue un profesional al 100 por ciento, llegó aquí, se cuidaba mucho, nos enseño a todos a trabajar al 100 por ciento, a cuidarnos, estar siempre preparados físicamente.

—¿Qué les dices ahora a los futbolistas de Puerto Marqués?

—Que el futbol es para divertirse con responsabilidad, jugar bien y dar satisfacción a la afición del poblado, a no responder los insultos ni las faltas, empezar 11 y terminar con 11.

 

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