Editorial: Periodismo en riesgo.

Acapulco, Guerrero, México.

Jueves 01 de septiembre de 2016.

La labor periodística en el estado de  Guerrero enfrenta retos ante los cuales es imperante que quienes ejercen la profesión, asuman la responsabilidad que les asignó la historia.

Una opción representa asumir la postura que priva en las relaciones ancestrales entre gobernantes y gobernados desde hace 200 años en esta entidad del sur de la República, la cual frena los intentos de asumir la creatividad y la investigación como forma de ser en un medio de comunicación periodístico, cuyos directores se han convertido en guardianes de las esferas del poder, más que en portavoces de los necesitados, de las minorías, de los sin voz.

Superar el empalagamiento que se ofrece a los que aceptan vivir del convenio oficial, que parece ser el único camino para la prensa actual, o someterse a una lenta desaparición. Cacicazgo frente a la sumisión, ha sido la constante que ha imperado las relaciones sociales entre pobladores guerrerenses.

Otro riesgo acecha la calidad periodística -aunada a los bajos salarios que pagan las empresas a sus reporteros-, se trata de una moda que no parece ser pasajera en la entidad, principalmente en Acapulco -destino turístico que genera importante movimiento económico que impacta sin duda en el resto de la entidad-, la cual impide mayores esfuerzos de transparencia y rendición de cuentas a la sociedad, ocurre cuando la propiedad de medios tradicionales de comunicación ha pasado a manos de políticos y/o ex funcionarios, lo que supone de entrada una relación de connivencia entre empresarios editoriales y quienes aspiran y ejercen el poder.

 

 

Héctor Briseño.

 

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