Patrulla de papel: “Para el 27 Batallón, la única culpa fue…estar ahí”.

 

Fotos: Agencia Tintarena. Estudiantes normalistas de diferentes regiones se manifestaron en Acapulco frente al Centro de Convenciones, donde bloquearon por varias horas. (19/dic/2014).

 

Por: Enrique Castillo González

 

Acapulco, Gro., (9/sep/2018).

 

Han pasado ya cuatro años y no queda duda, aquella noche del 26 de septiembre de 2014 le marcó la vida no sólo al gobierno del estado de Guerrero, también al grupo en el poder del gobierno federal.

La violenta reacción que tuvieron los policías municipales de Iguala y Cocula contra estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, sirvió para que el mundo se diera cuenta del qué y cómo el ESTADO MEXICANO se diluía en una hoguera.

 

 

El “mercado de culpables”.

Hábilmente, durante estos cuatro años, el “aparato político del Estado”, logró deslizar las culpas hacia el actor que, por su doctrina y naturaleza, no responde agresiones verbales que rayan en verborrea.

A más de que hoy se sabe que quienes levantaron, secuestraron, asesinaron y desaparecieron a los 43 normalistas, la mayoría de primer año, fueron un piquete de sicarios coludidos con “la pareja presidencial” de Iguala, el discurso que hoy impera refiere que quien intervino en tales desapariciones fue el Ejército.

Tanto se ha repetido tal idea que ya tiene puesto el vestido de “verdad”; para los expertos en la dinámica del “rumor”, en unos meses será “la verdad romántica”.

 

 

El “Think Tank”.

Ante ello, nosotros, los del “Think Tank”, hemos esgrimido una idea que bien podrá ser desarrollada como ensayo, donde la pregunta a responder será: “¿Dónde está la culpa del 27 Batallón de Infantería?”.

Como la mayoría de quienes rodeamos la mesa fuimos formados institucionalmente, fácil será entender que los resultados de nuestra exposición (¿prospectivas?), apuntan hacia el sentido de preservar la patria localizando amenazas y riesgos que la afecten.

 

Argumentos.

La madrugada de aquel 27 de septiembre, un grupo de jóvenes (varones), llegaron precipitadamente frente al cuartel del 27 Batallón; un soldado gritó, sin quitar la vista de los civiles: “¡Cabo de turno!”.

Seguramente eso los intimidó, además que el militar ya había tomado el arma (embrazado), para que lo vieran.

Entendemos, pues así lo dice el Procedimiento con el que los cuarteles militares operan, que el único que interactuó con los jóvenes fue el “comandante de guardia”, quien, siguiendo la lógica de tales procedimientos, dio parte al Comandante del Batallón.

A través de documentos ministeriales, sabemos que el Comandante de Batallón, de inmediato hizo una llamada telefónica a quien fungía como Jefe de la Policía Municipal: “Felipe, ¿qué es lo que está pasando?”.

El jefe policíaco respondió: “ya sabe mi coronel, estos muchacho vinieron a hacer su desmadre, pero ya está todo bajo control”.

No obstante lo dicho por Felipe Flores, el coronel ordenó que el grupo de vigilancia recopilara información, llegando hasta la sala de espera de una clínica particular, tomaron datos y hasta ahí, el Coronel siguió tomando como información institucional lo que Felipe Flores le hizo saber.

Sin embargo, la historia que se ha venido nutriendo en los cuatro años posteriores al primer grito de “¡cabo de turno!”, arroja datos harto dolorosos.

Por último, va la respuesta a la pregunta: ¿En dónde queda, desde nuestra óptica, la culpa de este Batallón? la respuesta es lacónica”.

 

 

La respuesta:

En haber estado ahí; explico, según entendemos en este “Think Tank”, el que el cuartel donde está acantonado el 27 Batallón de Infantería esté situado dentro la ciudad de Iguala, lo involucra de lleno en la atmósfera de SEGURIDAD; sin embargo, tal situación también pone en RIESGO la logística de dicha unidad militar, prueba de ello es el caso Ayotzinapa.

El mencionado Cuartel está en calle Periférico Oriente y bulevar Heroico Colegio Militar, Avenida del Estudiante, muy cerca del centro de la ciudad.

En los últimos días de 2018, Alejandro Encinas, ya entonces subsecretario de Gobernación, estará recopilando las verdades que encuentre.

Encinas tiene formación política de IZQUIERDA, lo que sin duda será un handicap en contra para el 27 Batallón, pues el paquete de “culpas” será más pesado de lado de la Unidad Militar.

Aunque, sabidos que para ese entonces la “escuela” de Encinas será una de las columnas del Gobierno Federal, se podrá calcular que las “indagatorias y reflexiones” del ya Subsecretario, apuntarán a buscar culpables dentro de los aparatos políticos que rodeaban Iguala.

 

Ultimo patrullaje.

Como van las cosas en el mundo, entendemos que México es ya parte de una SEGURIDAD HEMISFÉRICA.

Desde West Point hasta el Fuerte Berlín (Guatemala), el criterio de DEFENSA podrá estar unificado. Los patrones de “instalaciones” militares serían entonces semejantes a los siguientes.

En el estado de California está instalado Fort Bragg, cuartel donde descansa la mayor concentración de Fuerzas Blindadas.

Otro Fuerte de alta importancia es “Fort Sam”, en Texas; la ciudad prácticamente depende de la economía que esta unidad militar genera.

Pero el Fuerte que más nos interesa comentar es “Fort Leavenworth”, ya que ahí concurren oficiales de ejércitos aliados a recibir importantes cursos de adiestramiento.

Lo sustantivo de todas esas instalaciones es que están fuera de las ciudades, lo que proporciona ventajas logísticas y de control.

 

Balazo al aire.- Nada más “respetado” que el pliego de consignas, ahí está la pulpa de una buena doctrina.

 

Greguería.- Decía (y decía bien) Ryzard Kapuscinski, el trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea como las cucarachas corren a ocultarse.

 

OXIMORON.- (27BI) fuerte débil.

 

HAYKU.- Pensar en ti

todo el día, es fuente de fantasía,

mujer, amor, vida mía…

 

Enrique Castillo, analista de seguridad interior, acompañado por Alejandro Encinas.

 

 

 

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