Charla en el Acabús con “El Esclavo”, luchador rudo acapulqueño.

 

HB Deportes

 

Por: Héctor Briseño.

 

Acapulco, Gro., (8/feb/2023). A sus 81 años de edad, Víctor Hernández Figueroa recuerda sus años como luchador, cuando encarnaba a El Esclavo, en los mejores años de la Arena Coliseo, cuando se peleaba ante las tribunas llenas de aficionados.

Después de abordar el Acabús de la ruta Cine Río Base, el hombre recuerda sus hazañas sobre el cuadrilátero, al tiempo que muestra fotografías a otros pasajeros de sus actuaciones como enmascarado.

 

 

En charla sostenida entre las estaciones de La Diana y Flores Magón, recordó que “yo luché 22 años, soy acapulqueño, aquí luché como El Esclavo, allá en la ciudad de México actué como Villano”.

El Esclavo, quien ahora protege su rostro con un gran cubrebocas negro, mencionó que “me conoce mucha gente, me iba corriendo de las Cruces al Kilómetro 30 ida y vuelta, tenía mucha condición”.

Don Víctor Hernández relató que inició en la lucha libre para cuidar su mercancía, pues lo molestaban otros vendedores de la playa cuando joven.

“A mí no me gustaba la lucha, pero me lo recomendaron para aprender a defenderme”, expresó momentos el Esclavo antes de que el Acabús llegara a la parada de Wilfrido Massieu.

 

 

Antes de llegar a Palacio municipal, Víctor Hernández ironizó al señalar que “me dijeron que escogiera un nombre y me pusieron El Esclavo, ¿será acaso por mi color de piel?, yo creo que sí”, manifestó con una gran sonrisa mientras se tocaba ambos brazos.

El Esclavo señaló que tuvo que retirarse después de un combate ante La Fiera, hace aproximadamente 25 años, el cual le costó que sus rodillas resultaran lesionadas.

Como la operación costaba 75 mil pesos y no tenía dinero suficiente, optó por no ser intervenido y se retiró de los cuadriláteros.

Actualmente vende productos de Omnilife, por lo que es común verlo recorrer con grandes bolsas las avenidas Costera o Cuauhtémoc, con una fortaleza poco común para un hombre que supera las ocho décadas.

 

 

Sin embargo, don Víctor subrayó que nunca utilizó anabólicos ni sustancias prohibidas, pues lo suyo era hacer ejercicio y con la condición adecuada para subir al ring, lo cual lo mantiene en forma en la actualidad.

Como reflexión final, el Esclavo, recordado por aficionados como un auténtico gladiador rudo en los 70 y 80, enfatizó que “muchos piensan que la lucha es de mentiras, pero no, la lucha es de verdad, mucha gente dice que es mentira, pero hay que aprender los golpes, la lucha olímpica, las patadas voladoras, los topes, las caídas, las llaves”.

 

 

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