Oda al estadio que nunca fue, al coloso de los sueños rotos…

 

Foto: Carlos Jiménez Yamamoto.

 

 

HB Deportes

 

Por: Héctor Briseño.

 

Oda a los goles que nunca fueron,
canto al estadio que no fue,
versos al campo de los sueños rotos

Un camino de concreto ha sido construido,
como sendas sobreviven escondidas entre ancestrales urbes del sureste,
separadas por el cielo, por la selva, por rugidos; alumbradas por estrellas,
en la calzada transitan los anhelos que se ahogaron en el tiempo,
arrullados sin engaño por el suave mar intenso,
tan cerca y tan lejos,
lo real no se distingue ya de lo imaginario,
un nuevo y misterioso camino de concreto ha sido dibujado,
cuando el día se enfrenta a su ocaso
en el sendero que une a Acapulco con Pompeya…
al centenario del olvido con el “nou camp” de la esperanza

Un partido de fantasmas se juega en el estadio de los sueños rotos,
un cántico en silencio se eleva desde el césped de palmeras y maleza,
en el fondo es verde, verde olivo, de tono esmeralda triste,
un encanto se desplaza sobre las tribunas del duelo que nunca se jugó,
el tiempo pasa rápido cuando un murmullo cruza el medio campo,
la adrenalina corre rápido cuando el balón se acerca al área grande,
es tiempo de partir,
la media luna se sabe acechada y esconde al punto penal bajo la sombra de otra noche,
el balón pasa por arriba de la portería…

las olas siguen arrullando, cantando, entonando,
un poema a los goles que nunca fueron,

al grito gol que se murió ahogado
al sueño de futbol que se quedó esperando.

 

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