Espera de 7 horas para llenar garrafones el 1er sábado post Otis.

 

 

HB Deportes

 

Por: Héctor Briseño.

 

Acapulco, Gro., (28/oct/2023). Desde poco antes de las 7 de la mañana decenas de familias de colonias como Costa Azul, Praderas de Costa Azul, Hermenegildo Galeana, Icacos, hacen fila en la glorieta de Cristóbal Colón, frente a la iglesia de Costa Azul, para rellenar garrafones de agua.
Desde el jueves pasado elementos de la Secretaría de Marina suministran del líquido a vecinos del sitio y colonias aledañas.

La espera se prolonga hasta por más de cuatro, cinco, siete horas, 12 horas, relatan quienes han llenado sus recipientes, pues no hay un horario preciso de inicio de la repartición, incluso no es seguro que la Marina llegue.

Esta mañana un elemento pidió paciencia, orden, y que nadie abuse, no se llenarán más de tres o cuatro garrafones por familia, pues recalcó que todos tienen necesidad.
“Ayer estuve hasta las 7 de la noche”, mencionó un vecino.

“¿A qué hora nos van a mandar el agua?, es urgente”, reclamó una señora a tres elementos que se trasladaban en una camioneta de la Marina. Uno de ellos aseguró que “ya están llenando la pipa.”

La taquería los Tarascos, donde alguna vez comió la tenista Venus Williams, abrió sus puertas para regalar la carne sobrante de sus platillos, antes de que termine por descongelarse.

Una y otra vez, las personas formadas expresaron: “Dios los bendiga, Dios los bendiga, porque ustedes están ayudando a la gente y el gobierno nada”.

“El gobierno ni una bolsa de frijol nos ha aventado”, exclamó una señora.

El reproche y desazón crecen.

Un hombre advierte que “el gobierno ayudó más rápido en el huracán Pauline (1997), las empresas llegaban a las colonias para repartir despensas y agua, ahora no ha llegado ninguna ayuda.”
Una mujer de la parte alta de Costa Azul relató que “el joven que se llevó la corriente lo acaban de hallar muerto, ahora no tienen donde enterrarlo”.

En la iglesia de Costa Azul fue habilitado una especie de central para cargar teléfonos celulares, donde unas 200 personas esperan turno en una de las dos conexiones habilitadas mediante una planta generadora de energía.

Pero la ciudad sigue sin electricidad, salvo la zona donde se encuentra la Base Naval, y las acaudaladas colonias Joyas de Brisamar y Las Brisas, donde el servicio fue restablecido el viernes por la noche, dicen, porque la conexión es subterránea.

De nada sirve el dinero en efectivo porque no hay dónde ni qué comprar, pues no hay establecimiento que no fuera saqueado.

Versiones señalan que la mañana del sábado fue saqueado el último de los comercios a salvo, una tienda Sanborns, de donde fueron sustraídas principalmente pantallas de televisión.

Las tarjetas tampoco sirven de nada, pues los bancos fueron destruidos y en algunos casos hasta los cajeros ultrajados.

Una mujer relató que en un cajero de la tienda Soriana Cuauhtémoc, un sujeto conectó una laptop para sustraer dinero el viernes por la mañana.

Hay temor entre la población, pues dicen que tras el saqueo a los comercios, siguen las casas.

La falta de señal de telefonía celular, la falta de gasolina y de transporte público y muchas vialidades cortadas, añaden más complicaciones.

Corren rumores de que el Ejército tomó el control de algunas gasolineras pero hay que llegar desde las 5 de la mañana, pues están a la espera de las pipas con combustible.

La recomendación antes de salir de casa es agarrar una bolsa del mercado “para ver qué agarras”.
“Para martes o miércoles no habrá nada de comer”, advierte un hombre.

En la larga fila de la colonia Costa Azul en espera de agua potable, un joven se resguarda del sol con una sombrilla mientras lee “Un mundo feliz” de Adolf Huxley.

 

 

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